jueves, 27 de abril de 2017

El auténtico Paul McCartney con seguridad está muerto

La teoría de la conspiración en torno a la muerte del verdadero Paul McCartney viene de lejos, pero en esto, como en el estudio de las pirámides egipcias, no hay punto y final. El melillense Armando Gallego ha dedicado mucho tiempo a investigar sobre el tema y está convencido de que el Paul McCartney que conocemos es el cuarto doble del ‘beatle’, que supuestamente murió en un accidente de tráfico en 1966 y al que Ringo Starr, John Lennon y George Harrison habrían dedicado portadas de discos como ‘Yesterday and Today’ o ‘Abbey Road’. Sobre la muerte y resurrección de McCartney hablará Gallego este sábado a las 21.00 horas en la sede de Los Cabales, en el Pueblo. La conferencia está organizada por el Centro Unesco Melilla, con la colaboración de la Consejería de Educación. Del público que asista dependerá que este profesor Superior de Música suelte “algo gordo” que ha descubierto.


–¿El ‘beatle’ Paul McCartney está vivo o está muerto?

–El Paul McCartney que conocemos evidentemente está vivo y coleando, pero no es el auténtico Paul McCartney.

–¿Dónde está el auténtico Paul McCartney?

–El auténtico Paul McCartney casi con toda seguridad está muerto. Pero hablamos del primero y del auténtico. Ha habido varios.

–Usted dice que “casi con toda seguridad”. ¿Qué seguridad tiene de que el auténtico Paul McCartney está muerto?

–La gente se cree que el último que se metió en el grupo fue Ringo Starr. Ellos mismos en el año 95 sacaron su historia, se llama ‘Anthology’, con vídeos, una biblia que no veas en la que contaban su historia. Lo que pasa es que se contradice con cosas que habían dicho y habían escrito en libros anteriores. Entonces tú sopesas unas contradicciones con otras y vas intentando darle veracidad al tema.

–La teoría de la conspiración dice que Paul McCartney murió en un accidente de tráfico en 1966. ¿Usted se cree esa historia?

–Ahí es donde está el error, en poner que fue en el año 66. Hasta el año 66 la gente tenía asimilada una cara de Paul McCartney. En el 67 sale un disco ‘Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band’ y Los Beatles están mucho más mayores, la música es distinta y Paul McCarney lleva bigote. Ya, como que choca un poco. En ese disco hay una canción que habla de un miércoles 9 de noviembre, pues claro, los ‘conspiranoicos’ se ponen a investigar y se preguntan qué 9 de noviembre ha sido miércoles. Y en efecto, en 1966 hubo un miércoles 9 de noviembre. La portada del disco ‘Sgt Pepper’s’ es una tumba. Aquí hay un Paul McCartney y aquí hay otro. Y eso es lo que los llevó a pensar que había muerto el 9 de noviembre de 1966. Eso es lo que la gente tiene por certeza. Yo digo que, efectivamente, un primer Paul McCartney, del cual muy poca gente supo exactamente la cara que tuvo, no murió en el 66. Murió bastante antes. Y hubo varios McCartneys. En el 66 ya hay un cambio y es el Paul McCartney que lleva 57 años haciendo de Paul McCartney.

–¿Cómo es posible que esos Paul McCartney que han sido dobles del verdadero Paul McCartney no hayan abierto la boca para contarlo? Y más con lo mucho que cobrarían por desvelar esa historia.

–Básicamente por miedo. Si yo aparezco muerto esquiando en Baqueira Beret, acuérdate de que no he ido en mi vida a Baqueira Beret y que no sé esquiar. La historia es muy gorda. Gordísima. Este McCartney que estuvo hasta el 66 sigue vivo. Se llama John Halliday, pero no habla ni va a hablar nunca.

–¿Por qué sustituyeron a ese supuesto doble?

–Pues porque se cansó. Cuando tú metes a una persona, la metes con una serie de condiciones. Tú vas a actuar en público, ésta la vas a hacer en ‘playback’, vas a conceder entrevistas… Hablamos de algo que es más que un doble. Los dobles siempre se han utilizado, pero como señuelos. En este caso hablamos de un paso más de un doble. Hablamos de una persona que canta, que concede entrevistas, que hace bromas… Es mucho más que un doble. Esa persona en realidad no está viviendo la vida que tendría que vivir. Si no lo dejan componer porque está en el sitio de otro, no lo dejan ser creativo, siente la amenaza de muerte a raíz de los comentarios que hizo John Lennon en el 66 diciendo que eran más famosos que Jesucristo. En Estados Unidos una serie de DJ, del llamado Cinturón de la Biblia, quemaron discos de Los Beatles, revistas, posters… Eso te asusta. Ese doble pensaba que iba a estar dos o tres meses, un año… y está varios años y resulta que está siendo amenazado. Y ya que estoy aquí, pues dejadme que meta alguna canción. Dejadme que sea yo. Eso pasó con John Halliday, que es el tercer McCartney reconocido, porque en realidad McCartney hubo más, con máscaras de látex, con pelucas…  De eso existen fotos y vídeos. Esos McCartneys no sé ni cómo se llaman.

–¿Por qué no se sustituyó a McCartney tras el supuesto accidente como se hizo cuando entró Ringo en The Beatles?

–Porque todo esto es un experimento. ¿A ti nunca te ha llamado la atención que la música de The Beatles la canten en China, en Sudamérica, los franceses… en una época en la que no había YouTube ni Internet? Eso significa que han tenido una base que ha hecho posible esa historia. Esas personas que hicieron posible que Los Beatles fueran Los Beatles son personas muy, muy poderosas. ¿qué ganan? De entrada, dinero. Luego, el experimento. Aunque Elvis Presley era muy famoso, el fenómeno fan que hubo con las niñas llorando no había pasado antes. Los Beatles representan a cuatro personas de clase trabajadora, que uniendo su amistad llegan muy lejos. Estamos hablando de una Inglaterra que había pasado hacía muy poquito tiempo la II Guerra Mundial. Es gente que no creía en Dios.

–¿Por qué Paul McCartney sigue con la vida de McCartney?

–Por vergüenza. Si él al final lo dijera… pero es que lo ha dicho. Ese material no lo tengo para mostrarlo en la conferencia.

EL TEMA PROHIBIDO DE LOS BEATLES EN EL SGT. PEPPERS

Una vez más ni las viudas de John Lennon y George Harrison han querido que se incluyera “Carnival of Light” en todo el proyecto del Sgt. Peppers, en sus 50 años ,  a pesar de que el tema experimental pertenece a aquellas sesiones de grabación.


Y es que el 24 de noviembre, los Beatles empezaron a grabar el tema ‘Strawberry fields forever', que John Lennon había compuesto en Almería. En diciembre de 1966, el diseñador David Vaughn le pidió a McCartney que escribiera un tema para el festival Million Volt Light and Sound Rave, dedicado a experiencias electrónicas. Paul, sorprendentemente, aceptó el encargo.



LOS BEATLES EMPEZARON A SILUETEAR “CARNIVAL OF LIGHT” , EL TEMA INEDITO DE LOS BEATLES, QUE NUNCA HA APARECIDO. 

Era su manera de agradecer el favor de que esa misma cámara de artistas le había hecho cuando le pintó el piano con imágenes psicodélicas. McCartney todavía utiliza el piano en la actualidad cuando se pone al frente de ‘Live and let die' y ‘Hey Jude', casi siempre al final de sus actuaciones.


El 5 de enero de 1967, tras grabar Paul, John y George unas voces para el “nuevo tema” ‘Penny Lane', con el que llevaban trabajando ya más de cinco semanas, más incluso que para ‘Strawberry Fields forever', se pusieron a trabajar en el encargo de Paul. Ringo seguía aprendiendo a jugar al ajedrez y no intervino en el ‘party' psicodélico en el que dos estupendos amigos como John y Paul estaban dispuestos para ser “más modernos” incluso que John Cage, aunque fuese a base de LSD.


Cuenta Geoff Emerick, el larguirucho y maravilloso ingeniero de grabación, con el que tuve el honor de trabajar en mi proyecto de ‘Trópico de Cancer', que la imaginación de Paul ponía dirección a la locura, un delirio aparentemente informe en el que los cuatro Beatles improvisaban. Paul, con acordes delirantes en el organo; George con gemidos de guitarra distorsionada.


SWINGING LONDON
Es decir, lo que se llamaba en aquellos tiempos un ‘happening' artístico. Otra manifestación extraordinaria de lo que el semanario ‘Time' bautizó ‘Swinging London',(‘Alocado Londres') en su reportaje de aquel tiempo, unos años soberbios y llenos de imaginación en la capital de Inglaterra.

Londons Carnaby Street culturainquieta21

Una época en la que ‘Time' comparaba a Londres con los pícaros años de París, la decadencia de preguerra en Berlín, el glamur de los años 40 de Hollywood y la pecaminosa Nueva York de los años 50. Recuerdo que alguien comparó el ‘Swinging London' con una novela de Scott Fritzgerald, pero pasada por el filtro de Ian Fleming, el creador de James Bond. Como escribió Peter Evans: “La de los años 60 en Londres no fue una década, una era, una época, sino la ceremonia de la celebración de un continuo ‘happening'”.


Los Beatles partieron de una base ya grabada, un trucos hecho con cintas que sonaban al revés, según el juego que a Paul tanto gustaba y que ya había desarrollado con suerte en el ‘Tomorrow never knows' del álbum ‘Revolver'. John grabó otro piano y Paul, un bajo. El ingeniero Geoff Emerick registró el montaje a mitad de velocidad para que tomara un empaste todavía más grave y extraño. A continuación, John y Paul, cada uno en un micro, empezaron a gritar demencialmente. John gritaba histéricamente: “Barcelona, Barcelona” y Paul preguntaba “¿'Are you alright'?”.


John todavía estaba obsesionado con el extraño fin de semana que pasó en Barcelona en compañía del mánager de los Beatles, Brian Epstein, que sin duda estaba enamorado de su pupilo Lennon. Por aquella época, John insultaba a Epstein con frases como “cerdo judío” o “maricón de mierda”. John Lennon era agresivo con Brian. Jugaba a ser antisemita y homófobo. Es probable que Brian abusara de la confianza de John durante aquellas misteriosas vacaciones en Barcelona, en el año 1963, cuando Lennon todavía era tierno en la fama. Marianne Faithfull aseguró en el libro de Debbie Geller, que Brian se acostó con John. Esa extraña relación se convirtió en 1991 en una rara película ‘indie' llamada ‘The hours and the times'. No hace mucho la volví a ver. Hay una escena morbosa con Brian y John en la bañera y otra con los dos en la cama. Nadie se querelló por la película. Ni siquiera Yoko Ono.


BARCELONA, BARCELONA
Pero volvamos a la grabación del particular ‘hapenning' ‘Carnival of light'. Paul y John también buscaron para el tema voces de indios americanos, un organo de viejo cine y algún sonido electrónico, acompañado con la voz de John que decía ‘Electricity'. Cupo incluso un trozo de ‘Fixing a hole', el tema de Paul para el futuro “Sgt. Peppers”. El final acaba con Paul diciendole a Geoff: “¿Podemos volverlo a oír?. La locura dura exactamente 13 minutos y 48 segundos.


El productor George Martin no sabía qué cara poner. Le parecía todo una aberración. Algo indigerible. Para el ingeniero Emerick no fue más que una broma. Se morían de la risa con las pantomimas de John. Lennon se atrevió a repetir la experiencia, muy parecida con ‘Revolution number nine', del álbum blanco.


El ‘happening' estaba dominado por el LSD, la droga de moda del ‘swinging London'. En aquellos días, Lennon llegaba a tomarse de cuatro a cinco ‘trips'. Siempre estaba pasado. Y no era feliz. Se aburría soberanamente con su esposa Cynthia. Y Paul , también pesimista y creativo, se había sumergido en cualquier proyecto artístico. A Paul lo atormentaba que su novia, Jane Asher, se hubiera ido de gira teatral a Estados Unidos. Cada vez estaba más claro que no quería casarse con un beatle.


Paul le dio una copia en mono a David Vaughan, que se quedó estupefacto cuando pudo oírla. Al organizador del The Million Volt light and Sound Rave aquello que habían hecho los Beatles le parecía un porquería. Entre otras razones, porque entre los artistas participantes estaban Unit Delta Plus, la banda de Delia Derbyshire y Brian Hodgson, los ‘padres' de la música electrónica de Gran Bretaña.

carnival-of-light
Pero como era de los Beatles, el tema ‘Carnival of Light' se escuchó el 28 de enero y el 4 de febrero del año 1967 durante el ‘sarao' de The Million Volt Light y Sound Rave, también llamado ‘Carnival of light Rave' -es increíble lo excepcionalmente moderno que es el nombre- en el famoso Roundhouse de Chalk Farm, en Londres. Ninguno de los Beatles acudieron a las dos sesiones.

Geoff Emerick hizo una mezcla en estéreo, con el productor George Martin quejándose todo el tiempo: “¡Esto es una locura,esto es basura!”. Esa mezcla todavía está en el almacén de los estudios de Abbey Road.

A comienzos de 1996, Paul sacó la grabación perdida y quiso incluirla en la ‘Antología 2' del doble CD de los Beatles. George Harrison ejerció su derecho a veto, con el argumento de que ‘Carnaval of Light' era una “mierda manipulada”.

TE PONGAS COMO TE PONGAS
Hace unos meses, Paul McCartney volvió a reclamar su paternidad sobre la canción y renovó su deseo de publicar el misterioso ‘Carnival of light', de los Beatles. Lo tiene difícil. Ni Olivia Harrison, la viuda de George, ni Yoko Ono se mueren de ganas por dar su aprobación. A no ser que Paul, siempre diplomático, haya logrado la aprobación, a cambio de cualquier otra cosa. No se sabe nunca en Apple y menos desde que murió Neil Aspinall.

Corren por la red varias versiones de lo que se supone que es ‘Carnival of light', pero es absurdo pronosticar cuál es la auténtica. El ‘beatlelólogo' Mark Lewsohn dice que una vez escuchó ‘Carnival of light' entera, en el estudio Abbey Road, como cortesía por su libro ‘The complete Beatles recording sessions', pero no estoy seguro de ello, porque habla de una “batería hipnótica”, que, como no sea uno de los ‘loops' de Mc Cartney, no tienen justificación. El amigo de Paul Barry Miles asegura que el tema es lo más parecido a la experimental producción de Frank Zappa ‘The return of the son of monster magnet', del extraordinario álbum ‘Freak out'. Paul me dijo que como música de vanguardia ‘Carnival of light' merece la pena. “Es música fragmentada, pero seria, tan abstracta como cualquier obra de Karl Stockhausen”.

La verdad: no lo sé. Pero, ¿cuántas personas han podido escuchar ‘Carnival of light', a excepción de aquellos cientos de personas en el ‘happening' en en medio de los tripis de ácido del Roundhose?.

Es la única canción de los Beatles que no está pirateada, aunque David Vaughn, el amigo de Paul, el organizador del ‘Carnival of light Rave' asegura que existe una copia en manos de Ray Anderson, en San Francisco. Nadie está seguro de ello. Lo único cierto y seguro es que las cintas en cuatro pistas del tema desconocido y más experimental de los Beatles están guardadas en los archivos de Abbey Road.

El tema se acabó de terminar el 5 de enero de 1967, tras los coros que grabaron Paul, John y George para “Penny Lane” . Iba a salir en la Antología, pero lo vetó específicamente George Harrison.

miércoles, 26 de abril de 2017

The Beatles en los cielos de Londres

Eran días de experimentación, cuando la contracultura había impregnado el panorama de las artes, luego del asesinato de Kennedy en Estados Unidos, alcanzando a la música.

Un 7 de diciembre de 1968, la banda Jefferson Airplane desordenaba la rutina neoyorkina para tocar “House At Pooneil Corners” en la azotea de un hotel de Manhattan, con Jean-Luc Godard filmando la breve presentación. En el registro, todo es rápido y caótico. La banda de Marty Balin alcanza a interpretar un solo tema cuando la policía los interrumpe bajo la figura de escándalo público.


Pocas semanas después, al otro lado del Atlántico, John Lennon cerraba la historia de The Beatles en el techo de Apple Records. “Me gustaría decir ‘gracias’ en nombre de la banda y de nosotros mismos y espero que pasemos la audición”, bromeó ante las cámaras, pero la interna de los fab four no estaba de humor.


Eran tiempos de confusión. The Beatles estaba por disolverse y la olla a presión de las relaciones entre sus integrantes se hacía evidente. Por un lado, planeaban despedirse con un concierto en un barco lleno de fanáticos en medio del Támesis, pero también contemplaban hacerlo en las pirámides egipcias o en el coliseo romano. Fue Paul McCartney quien propuso volver a las raíces de la banda: bajo, batería, voces y guitarras; y en medio de las grabaciones de Let it be (1970), decidieron presentar subir al techo de su sello para mostrar algunas canciones inéditas en directo.


Michael Lindsay-Hogg fue el encargado de filmar el último registro en vivo de la banda más importante de la historia, desde los cielos de Londres, con Billy Preston en los teclados, donde mostraron “Get back”, “Don’t let me down”, “I’ve got a feeling” y “One after 909”.

Please Please Me: el álbum debut de The Beatles que cambió la escena musical

Please Please Me se mantuvo 30 semanas en el primer lugar de las listas musicales inglesas y fue el primero con convertir al álbum en un producto musical con entidad propia, no solo un recopilado de canciones.


En 1963, el mundo luchaba por los derechos civiles y el fin de la segregación racial, Valentina Tereshkova era la primera mujer en viajar al espacio, Estados Unidos estaba en guerra contra Vietnam y el presidente John F. Kennedy fue disparado a muerte por Lee Harvey Oswald.


Al mismo tiempo, en las listas musicales inglesas reinaban los soundtrack de películas y la música pop de moda, nada de rock & roll. Por esos años, los discos no eran más que recopilaciones apresuradas y sin cohesión de singles exitosos y canciones de relleno en los que no había relato y que tenían un solo objetivo: hacer que los fanáticos, sobre todo adolescentes, pagaran dos veces por la misma canción.

Eso hasta que llegó Please Please Me, el álbum debut de The Beatles. La banda de Liverpool había lanzado dos singles exitosos y su productor, George Martin, sabía que tenían que publicar su primer disco pronto para capitalizar el éxito obtenido.


Sin embargo, tanto The Beatles como Martin confiaban, creían y querían hacer algo distinto a lo que se trabaja en la época. Lo fundamental para George era que el primer álbum de la banda reflejara la esencia que desprendía el grupo durante sus presentaciones en vivo, por lo que su primera idea fue grabarlos durante una presentación en Cavern Club, donde se presentaban a diario.


Lo reducido del espacio y las complicaciones técnicas lo hizo abandonar la idea del club, pero seguía creyendo que era necesario crear un ambiente que reflejara como sonaban en vivo. Así que reservó dos sesiones de grabación -que se terminaron extendiendo a tres- en EMI Studios.


Ahí, durante unas 11 o 12 horas, The Beatles grabaron las 10 canciones que serían parte de su primer trabajo de estudio.

Please Please Me fue se lanzado el 22 de marzo de 1963, se mantuvo 30 semanas en el número uno y convirtió a The Beatles en el grupo más joven en alcanzar dicho logro.


Este disco también logró que por primera vez la prensa especializada, y el resto del mundo, vieran un álbum como una entidad propia en la cual cada canción está ahí por algo y que en conjunto cuentan una historia. No era simplemente un conjunto de canciones colocadas arbitrariamente, porque era necesario completar los siete temas por lado, necesarios para poder sacar el vinilo al mercado y así ganar dinero.


El álbum fue el primero en mostrar el sello y metodología que tenían Lennon y McCartney no solo para escribir canciones, sino que para componer y producir su música.


Con Please Please Me no solo nació una nueva forma de tratar la creación de un álbum, sino que las fanáticas comenzaron a interesarse también por quién estaba detrás de la composición de cada canción, entregándole una importancia nunca antes vista a aquellos grupos que trabajaban en su propia música.


El álbum debut de The Beatles solo reafirmó su posición como fenómeno de masas en crecimiento, que los convertiría en poco tiempo en una de las bandas más importantes de la historia de la música.

La Unión Soviética contra los Beatles

La música de Los Beatles, una de las bandas más populares tanto en Europa como en Estados Unidos, fue prohibida en la Unión Soviética hasta mediados de los 80s. Los líderes de URSS consideraban que promovían los ideales capitalistas y la cultura occidental.


En 1960, cuatro chicos de Liverpool comenzaron una banda. John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison formaron a The Beatles, una de las bandas más populares de la década de los 60s. Reino Unido los elevó como estrellas y Estados Unidos los catapultó a la fama internacional, de la cual aún gozan a más de 40 años de su disolución, pero hubo una gran región geográfica que no permitió el ingreso de su música.


La Unión Soviética, vigente desde 1922 hasta 1991, prohibió el ingreso, venta y difusión de la música de la banda británica. Consideraban que los ingleses eran una amenaza con sus actitudes rebeldes, las costumbres occidentales, la difusión del capitalismo y los largos cortes de pelo que ostentaban. La restricción llegó a tal punto que también se instauró la aplicación de castigos para quienes escucharan sus canciones. Además, se cortaba el pelo de quienes se peinaran como ellos y calificaban negativamente el expediente académico de quienes exteriorizaran su gusto por la banda.


Pero los castigos, lejos de anular la influencia beatle, la convirtió en una suerte de fruto prohibido que todos querían. El impedimento gatilló que los discos de The Beatles fueron traficados y difundidos clandestinamente por marineros, actores, comerciantes, entre otros; que los vendían a un precio mucho más alto de lo normal. Por lo mismo, surgieron creativas formas de conseguir las canciones de los británicos, por ejemplo, se grabaron canciones en películas de rayos X con tocadiscos modificados y carátulas que mostraban partes humanas.


La restricción fue levantada el 29 de marzo de 1986 y recién en 2003 los rusos pudieron escuchar a un beatle. Paul McCartney se presentó en Moscú y fue recibido por Vladimir Putin en el Kremlin.







martes, 25 de abril de 2017

Stuart Sutcliffe, el mal músico que inventó el pelazo de los Beatles

MÚSICO SIN INSTRUMENTO

Stuart era músico porque lo tenía casi todo para el rock and roll. Era atractivo, poseía cierto carisma, llevaba una vida bohemia, se peinaba con tupé y vestía chupas de cuero y gafas de sol. A veces basta con eso y un par de acordes para armar un temazo. El problema era que aquel asunto de los acordes no era lo suyo, y un músico que no toca ningún instrumento no está mal, pero le falta algo.



Uno de sus compañeros en el Liverpool College of Art, John Lennon, tenía un grupo llamado Johnny and the Moondogs con otros dos guitarristas: George Harrison y Paul McCartney. Lennon admiraba a Stuart. Por su aspecto, por su seguridad en sí mismo y por sus canciones, aunque estas no existiesen. Eso era lo de menos. Una noche, a principios de 1960, Lennon y McCartney se reunieron con Sutcliffe en el bar de la madre de Pete Best y le convencieron para que se comprase un bajo. Ellos necesitaban un bajista y Stuart una banda, así que adquirió un Höfner President 500/5 y se enroló en el grupo. Poco después también se uniría el propio Best.



Como a Lennon, a Sutcliffe le maravillaban The Crickets, el grupo liderado por Buddy Holly, así que le propuso a John cambiar el nombre del grupo por el de “The Beetles”. Una variación que, no obstante, no duraría mucho. En mayo pasaron a llamarse “The Silver Beetles” y, dos meses más tarde, influenciados por el movimiento Merseybeat, encuadrado dentro de la corriente de la música Beat, decidieron llamarse “The Silver Beatles”. Por fin, en agosto de 1960, suprimieron el adjetivo y bautizaron definitivamente a la banda como The Beatles.




Por aquel entonces se encontraban viviendo en Hamburgo, contratados por el promotor Bruno Koschmider para tocar en su club. Cuando éste se enteró de que aquellos ingleses estaban actuando también para la competencia, denunció a Harrison por ser menor de edad y haber mentido a las autoridades alemanas y consiguió que arrestasen a Best y a McCartney por haber causado un incendio quemando un preservativo. Todos ellos fueron deportados en Noviembre. Lennon regresó a Inglaterra en diciembre y Sutcliffe, que había comenzado una relación con la fotógrafa Astrid Kirchherr, lo hizo en enero.




EL PELAZO

Dos meses después, en marzo de 1961, el grupo regresó a Hamburgo. Fue entonces cuando Stuart conoció a Klaus Voorman, la expareja de Astrid, y el británico le pidió a su novia que le cortarse el pelo como lo tenía él. Harrison no tardó en hacer lo propio y, aunque Lennon y McCartney se mostraron reticentes al principio, aprovecharon una breve visita a su amigo Jürgen Vollmer en París para adoptar el mismo peinado. Fue así como nació el reconocible mop top de The Beatles que tanta sensación causó a principios de la década de los 60.




El grupo continuó yendo y viniendo a Hamburgo durante todo el año 1961, pero en julio Stucliffe decidió abandonar la banda para dedicarse a su verdadera pasión: la pintura. The Beatles se quedaban, por tanto, sin bajista en plena gira, por lo que Paul McCartney le pidió prestado su bajo Höfner a Stuart y dejó a un lado la guitarra, transformándose el grupo en un cuarteto al que un año más tarde se incorporaría Ringo Starr en sustitución de Pete Best.




A principios de 1962, Sutcliffe comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza unidos a una excesiva sensibilidad a la luz. Venía notando molestias desde enero de 1961, cuando, después de una actuación en el club Lathom Hall de Liverpool, se enzarzó en una pelea en la que fue lanzado contra un muro de ladrillos, golpeándose el cráneo. El 10 de abril de 1962 se desmayó en mitad de una clase en la facultad de Bellas Artes de Hamburgo y falleció en la ambulancia, de camino al hospital, debido a la rotura de un aneurisma. Tenía veintiún años. Yoko Ono contaría décadas más tarde que Lennon, quien consideraba a Stuart su álter ego, jamás había logrado superarlo.



MÚSICA Y AMPOLLAS

Sutcliffe nunca llegó a tocar bien el bajo. Después de cada sesión, y por la falta de práctica, sus dedos se llenaban de ampollas. Incluso llegó a tocar de espaldas al público, quizá avergonzado por su falta de técnica. Fue uno de esos músicos extrañísimos a los que les basta con ser músicos, aunque no tengan ni idea de tocar.



Claro que dominar su instrumento tampoco le hizo falta para ser determinante en la historia de The Beatles. Me pregunto si haber sido los primeros en llevar aquel moderno flequillo —aquel que provocó que el mundo los considerase unos “melenudos”— tuvo algo que ver en su fama inicial y qué habría pasado de no haber formado Stuart parte del grupo. Me pregunto también cómo habría sido la historia de The Beatles si Sutcliffe no los hubiese dejado tirados sin bajista en Hamburgo y McCartney hubiese continuado siendo el guitarrista.



Tal vez Sutcliffe no tuviese ni pajolera idea de música, pero intuyo que las cosas habrían sido muy distintas de no haber estado él ahí



Y me pregunto, sobre todo, qué les habría deparado el porvenir si, en lugar de llamarse The Beatles, Stuart no hubiese propuesto el cambio de nombre y hubiesen intentado labrarse una carrera como Johnny and the Moondogs. ¿Se lo imaginan? “¿Tú eres más de los Rolling Stones o de Johnny and the Moondogs?”. Yo a duras penas.


Tal vez Sutcliffe no tuviese ni pajolera idea de música, pero intuyo que las cosas habrían sido muy distintas de no haber estado él ahí. A veces basta con no tener ni idea de hacer algo para pasar a la historia por haberlo hecho. Suele hablarse de Stuart como el auténtico quinto Beatle, pero a mí no me salen los números. Le puso nombre a la banda, la dotó de su característico look y, con su abandono, dejó el coliderazgo del grupo en manos de Paul McCartney. Honestamente, no creo que Stuart Sutcliffe fuese el quinto Beatle: en realidad, fue el primero. Y todo lo demás, como siempre, vino después.



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